Si estás por la zona de Santa Pola, Alicante, Guardamar o Torrevieja una escapada a la isla de Tabarca en catamarán o moto de agua es un plan perfecto para pasar el día.
Parece mentira, pero 1.800 metros de largo por 450 metros de ancho dan para mucho. Los planes que te ofrece esta isla empiezan con un chapuzón en sus aguas cristalinas, una ruta por un sendero natural conocido como “El Campo” (de alrededor de dos horas), continúan con una parada en boxes para recargar pilas y llenar el buche con un caldero tabarquino, y finalmente dar un paseo por el pueblo y contemplad el atardecer desde sus antiguas murallas. ¿Me acompañas?
Hay muchas maneras de llegar a la isla
Lo normal es coger un catamarán desde el puerto de Santa Pola. Aquí encontrarás muchas empresas que realizan el trayecto a la isla, la más conocida se llama Tabarkeras. Tardarás unos 15 minutos en lancha rápida y unos 25 si coges el catamarán que ofrece visión submarina. En temporada estival la frecuencia de los barcos es muy alta, prácticamente cada media hora tienes uno y el precio son 10€ ida y vuelta (con la misma compañía). Otra opción disponible es alquilar moto de agua o coger un taxi acuático.
Qué ver o hacer en la Isla de Tabarca
Como decía un poco más arriba merece la pena acercarse hasta la parte deshabitada de la isla. La ruta ‘El Campo’ empieza en la Purissimeta, y el itinerario te lleva bordeando la isla hasta el Faro, la Torre de San José , el cementerio y la «Cruz del Capitán». A lo largo del recorrido encontrarás calitas de piedras pequeñitas pero con unas aguas preciosas donde podrás darte un buen baño.
De camino al pueblo se encuentra la Playa Central o Platja de l’Illa que es la más visitada porque además de ser la más grande cuenta con los servicios típicos de una playa en condiciones como baños gratuitos, y duchas para poder quitarte el salitre y volver fresquito antes de coger el barco. Es de piedrecitas, pero aquí no necesitarás escarpines para meterte en el agua. También podrás alquilar patinetes con tobogán o realizar otras actividades acuáticas.
La parte del pueblo cuenta con un recinto amurallando con un rico patrimonio cultural, tienes que ver las puertas de entrada, la iglesia, pasear por sus ¿ocho, si no hay más? pintorescas calles… Eso sí, me faltaron las típicas tiendas donde poder comprar algún souvenir o poco algo de artesanía, ropa, bisutería…
Dos datos que me parecen interesantes compartir
Tabarca es la isla habitada más pequeña de Europa, durante el año hay unas 50 personas censadas, aunque en verano cuenta con más de 3000 visitantes al día.
Además, la isla de Tabarca forma parte de un archipiélago junto con los islotes de La Galera, La Cantera y La Nao. Con unos buenos escarpines (imprescindibles) se puede pasar de un islote a otro para hacer snorkel, pues sus aguas son bastante cristalinas y se ven muchos peces. De hecho los fondos marinos de la isla son conocidos porque están recubiertos por praderas de Posidonia océanica tan importante para la biosfera de esta parte del Mediterráneo. De hecho en 1986 la isla de Tabarca se convirtió en la primera Reserva Natural Marina de España.
Recomendaciones para visitarla en verano
Si vas a pasar el día en la isla, te recomiendo (aunque de pereza) cargar con una sombrilla porque en general, no hay muchas zonas con sombra, fuera de lo que son los restaurantes o la zona (pequeña) de alquiler de hamacas y sombrilla. Importante el bañador, la crema de sol, una gorra, zapato cómodo si quieres andar por la zona de los senderos y, fundamental, escarpines porque hay mucha cala bonita de aguas cristalinas, pero con piedras.
Por otra parte, como en todas las islas, y más en esta que es tan pequeña, todo lo que tengas que comprar, va a ser caro, muy caro, incluso el agua. Hay mucha oferta de restauración y te puedes comer desde una ensalada o una hamburguesa, pero lo que ofrecen en casi todos los sitios es el menú del día que prácticamente tiene el mismo precio. Parte de los 22€ por persona (si no es más) y prácticamente todos ofrecen el famoso arroz caldoso. Como alternativa económica, valora comprar algo de comida para llevar en el Mercadona de Santa Pola y llévalo en la mochila.
Para mi gusto, y esta es solo mi opinión, es una isla que sorprende, tiene encanto y más -me imagino- si no vas en temporada alta, pero me extrañó que no estuviera más cuidada porque tiene potencial para disfrutarse de otra manera. Me sorprendió ver bastante basura acumulada, edificios que se caen (y eso que no hay muchos), fachadas sin cuidar y para ocho calles que tienen, pues oye que estaría bien que la parte antigua estuviera más mimada.
