Menorca recibe su nombre de la época romana por ser «Menor que Mallorca», y era la única isla que me faltaba por conocer de Baleares. Me habían dicho que no tenía nada que ver con el resto de las islas, y toda la razón.
Declarada Reserva de Biosfera en 1993 por el alto grado de compatibilidad entre la preservación del entorno natural y la actividad económica, es una isla en la que debes activar el modo «slow» nada más aterrizar.
Ten en cuenta que, para disfrutar de su rico patrimonio ecológico y cultural, sus encantadoras playas y sus paisajes vírgenes, la isla tiene que volverse menos accesible, y para mostrarte sus tesoros mejor escondidos te exige ese pequeño esfuerzo que otros destinos acostumbran a ponerte en bandeja.
Visitar las famosas calas de Macarella y Macarelleta, ¿o no?
En Menorca no hay atajos para llegar a las mejores playas, a no ser que tengas o alquiles un barquito, muchas de sus calas más preciadas requieren que camines unos buenos 20 minutos (o más) desde que dejas el coche en el parking. De hecho, durante la temporada turística, para acceder a playas archifamosas como Macarella y Macarelleta olvídate de llegar el coche, todos los accesos están cerrados. Tendrás que coger el bus lanzadera que sale desde Ciudadella cada 40 minutos y cuesta si lo pillas por internet 8,20€. (También lo puedes comprar directamente allí, pero así te aseguras no quedarte sin asiento).
Nos habían hablado tan bien de Macarelleta y teníamos tantas expectativas que no queríamos quedarnos sin conocerla, pero las malas opiniones de Internet sobre el servicio de bus y que no somos muy madrugadores (leí que a las 10h00 la playa ya estaba hasta arriba), nos animaron a hacer el paseo andando desde playa Galdana un día que se levantó bastante nublado. Son unos 45 minutos por el Camí de Cavalls que es un sendero que da la vuelta a la isla. Está muy bien señalizado y la verdad que escogimos bien, pues como parecía que podía ponerse a llover en cualquier momento cuando llegamos las playas estaban prácticamente vacías.
Macarella estaba llena de algas, pero Macarelleta situada como 10 minutos andando al otro lado de ladera, me pareció el paraíso. Una playa que por el color no tiene nada que envidiar a las del Caribe, con aguas cristalinas y arena súper fina (solo faltaban las palmeras).
Aunque estás playas tienen mucha fama, a veces (lo digo para interiorizarlo también) hay que valorar si el esfuerzo merece la pena. Con un total de 119 playas y calas repartidas a lo largo de sus más de 200 km de costa, te aseguro que, si exploras un poquito, encontrarás otras que te conquistarán probablemente más.
En nuestro caso, que valoramos un poco más la comodidad, el no tener pegado al vecino en la toalla, y que el embarazo ya se nota, la playa de Bellavista nos conquistó, así como Es Bot en Algaraiens.
Un imprescindible: la ruta desde cala En turqueta a Es Talaier y Bellavista
Esta es otra ruta para recomendar, si te apetece andar y bañarte en aguas súper cristalinas. Como recomendación lleva siempre el calzado adecuado y que no falte agua, comida, sombrilla, crema para el sol, gorra para que no te de una insolación (sobre todo en agosto)… ¡y las gafas de snorkel!
No es broma, en estas playas no hay chiringuitos así que, si quieres pasar un día inolvidable, prepara bien tu mochila antes de salir de casa y ante todo, se respetuoso con la naturaleza guardando la basura hasta que encuentres un cubo. 😉
Solo por el nombre, En Turqueta ya te hace pensar en el color de sus aguas, y efectivamente es una pasada. Desde el parking tienes unos 15 minutos andando hasta la cala, que es preciosa y de arena clarita, pero como su fama la precede suele estar también hasta arriba de gente, así que la recomendación es madrugar mucho, ir a la hora de comer (a esa hora hay mucha gente que se va para casa) o ir ya por la tarde… Por sacarle una pega a esta cala es que en cuanto se baña mucha gente, el fondo de arena se remueve y el agua se enturbia por lo que no se ven muchos peces.
Desde aquí sale el Camí de Cavalls hasta Es Talaier. Puedes ir por la zona de rocas que es bastante incómodo, pero vas viendo el mar todo el rato o meterte por el pinar y seguir los caminos de arena que lían un poco pero que probablemente sean más cortitos.
Es Talaier es una calita pequeña, en la que probablemente encuentres mucha menos gente. Tiene mesas de picnic debajo de los árboles donde poder sentarte tranquilamente a comer ¡en sombra! El agua estaba un poquito verde, pero a medida que te metías iba volviéndose más cristalina. Lo mejor es que es una cala que puedes avanzar muchos metros sin que te cubra.
Por último, te queda otro ratito andando por tierra rojiza hasta la playa de Bellavista, también conocida como las playas de Son Saura. Bellavista es una playa muy grande y virgen al lado de unas dunas silvestres con un paseo de madera precioso. El agua es genial, perfecta para hacer snorkel y está como una balsa no se mueve absolutamente nada. Parece una piscina gigante de colores turquesas. Creo que es una playa estupenda para ir en familia y con niños porque además no cubre.
>> ¡Importante! Cómo llegar en coche a Bellavista
Hay que coger el camino de San Joan de Misa desde la ronda sur de Ciutadella y antes de llegar a la ermita de San Joan de Misa girar a la derecha. Hay paneles que te indican si el parking está completo o no. Los parkings son todos gratuitos.
Consejo: no intentéis llegar por otro sitio, encontraréis un montón de propiedades privadas por las que no podréis pasar (lo digo por experiencia) y solo conseguiréis volver al punto de inicio. Desde el parking, la primera playa con la que te encuentras se llama Es Banyul y la siguiente ya es Buenavista.
Otras playas con mucha fama: Pregonda, cala Mitjana, Cala Trebalúger, Cala Escorxada, Binigaus, Cavalleria, Rafalet, cala Pilar, y La Vall.
Pueblos con mucho encanto: Binibequer Vell y Fornells
Binibequer Vell también llamado Binibeca, es un encantador pueblecito de calles laberínticas y casas encaladas que bien merece una parada sobre todo al caer el sol. Fue construido recientemente entre 1964 y 1968 y recrea un tradicional poblado de pescadores del Mediterráneo.
Aunque te puedes sentir paseando en un gran decorado, si te gusta el sitio pregunta, porque muchos de estos apartamentos se alquilan para veranear y hay un ambiente muy agradable.
Por otra parte, Fornells se asienta a orillas de un espectacular puerto natural, ideal para prácticar deportes náuticos. Su bahía es ideal para conocerla en kayak y descubrir sus calas e islotes o, alquilar un barquito sin licencia desde unos 290€ todo el día (para 4 personas).
Fornells también es famoso por la captura y elaboración de la langosta, el plato más popular de la cocina menorquina, la deliciosa caldereta de langosta. Elaborado con tomates, cebolla, ajo, pimiento y perejil es algo que no debes dejar de probar. Y de postre, ¡un delicioso helado en Ricardo Riera (carrer Major, 41)!
Ciudadella VS Maó
Situadas cada una en una punta de la isla, pero a tan solo a 53 km de distancia, debido a que no hay autopistas ni autovías, según el tráfico o la clase de vehículo que te toqué delante, lo normal es tardar unos 45 minutos de una ciudad a otra, aunque a veces el camino puede hacerse un poco tedioso sobre todo de noche. Pero si me preguntas, ambas ciudades merecen una visita pues son muy diferentes.
Ciutadella, hasta el siglo XIX, era una ciudad amurallada, y por eso su casco antiguo que es peatonal, resulta tan pintoresco. Y tiene muchos puntos de interés, entre ellos os recomiendo la Plaça des Borne, la Catedral, el Castell de Sant Nicolau, el puerto… Merece la pena pasar como mínimo una tarde descubriendo sus tiendas de ropa, artesanía y complementos y quedarse a cenar. Además, si te gusta el street art el paseo por el centro de la ciudad se convierte en una auténtica galería de arte.
Mahón es la antigua capital de Menorca y está situado a un paso del aeropuerto. Tiene un puerto de 5 km de longitud, que ostenta el título de «segundo puerto natural más grande del mundo», solo por detrás del de Pearl Harbour y donde uno de los lugares más visitados es la fortaleza de la Mola.
No os perdáis: En Carrer Nou donde encontraréis tiendas, cafeterías y mucho ambiente, sa Plaça Bastió con el Pont de Sant Roc, la Iglesia de Santa Maria, la Iglèsia de Sant Francesc y el Mercat del Carme donde comprar productos artesanales de calidad.
¿Dónde comer o cenar en Menorca?
Sa Botiga. Pl, del Carme, 6. Mahón. Con raciones, música en directo el fin de semana y unas tartas para chuparse los dedos.
Paput Menorca, Mahón. Chiringuito estilo boho con terraza ubicado en el puerto y unas vistas impresionantes. Música, hamburguesas, mojitos…
Es Claustre, Mahón. Dentro del mercado, se abastece de carnes y verduras y organizan conciertos en verano. esclaustre.com/refectori
New Wave. Pl. Llibertat, 9 (Mercat des Peix) Ciutadella. Cocina viajera y callejera llena de sabores que te transportaran a todos los continentes.
Ca Na Riera. Carrer de l’hospital de Santa Magdalena, Ciutadella. No puedes dejar de probar su pizza de trufa, y sus croquetas de queso de la zona.
Cintadella o pizzería Roma, en Ciutadella si te apetece paladear el aroma más italiano.
Chiringuito Es Bruc Sant Tomás. Ubicado en primera línea de playa y una cocina excelente a buen precio. Probar sus carnes o pescados frescos. No reservan ir pronto.
¡A tener en cuenta!
Una de las cosas más importantes antes de elegir la playa es ¡ver de dónde sopla el viento! Descárgate alguna aplicación tipo Windy Guru que te indique el tiempo y la dirección del viento… Así si el viento viene del norte ve a las playas del sur, y al contrario. Si hacéis caso a esto evitaréis medusas y playas en mal estado.
Curiosidades
Menorca cuenta con más de 10.000 km. de muros de piedra en seco, llamados también «pared seca». Para su construcción se utilizaron las piedras que habían servido para construir talayots y navetas durante la prehistoria de la isla. No se utiliza ningún tipo de cemento o argamasa y construirlas es todo un arte y un trabajo bien preciado que pocos saben hacer.
Estos muros protegen los cultivos del viento de Tramontana y delimitan el terreno del ganado. Si los pusiéramos en línea recta, saliendo desde la Plaza del Born de Ciutadella y en dirección suroeste, llegaríamos hasta Santiago de Chile.
¿Qué traerte de Menorca?
Las famosas «avarques» también conocidas como menorquinas, son las típicas sandalias de los payeses y todo un «must» en la isla. Las encuentras prácticamente en cada esquina, en un montón de colores y calidades. Las más demandadas son de piel curtida artesanalmente.
El queso de Mahón con su propia denominación de origen reconocida internacionalmente en 1985, está elaborado con queso de vaca y gracias al clima, la humedad, y los pastos le dan ese sabor característico.
Embutidos de la matanza del cerdo como la sobrasada, ¡no pueden faltar!, así como el Gin Xoriguer cuyos orígenes se remontan a principios del s XVIII y que combinado con limonada se conoce como «Pomada», la ensaimada rellena de chocolate o cabello de ángel…
Ya lo sabes, ¡deja sitio en la maleta para traerte un buen recuerdo de tus vacaciones en la isla!
Muy elaborado el reportaje. Te vas esperando. Me ha gustado mucho.