Considerada como la capital mundial del termalismo urbano, no puedes irte de Budapest sin acudir a alguno de sus 120 baños termales, algunos de ellos como Rudas y Király siguen funcionando después de 500 años, pues se construyeron en la época de la invasión turca (en el s. XVI, XVII). Ellos fueron los primeros en aprovechar los manantiales de agua termal que tenía la ciudad construyendo estos baños.
El precio medio del Balneario suele rondar los 15/20€, pero el sistema de salud húngaro ofrece la posibilidad a los pacientes que deben ir a rehabilitación, tienen reuma, o están convalecientes después de un accidente… de que su médico de cabecera les recete los baños por 2€ / cada uno y, hasta 20 veces al año. Eso sí, tienen que completar el tratamiento que les haya puesto el profesional o de lo contrario no lo vuelven a recetar.
Una peculariedad de los balnearios es que muchos de ellos funcionan también como hospitales de día, como el balneario/ hospital Veli Bej, también conocido como Császár Baths. Ubicado delante del Monte José del que emanan ni más ni menos que 60 manantiales, en este balneario se pueden encontrar dos tipos de agua, la de 28º y la de 50-60º. Es el cuarto balneario más antiguo de la época turca, de los pocos baños turcos mixtos de Europa, y que aún hoy se conserva de una sola pieza. Se puede ver las típicas cúpulas del hamman que contrastan especialmente con el resto de los edificios renovados. Nos contaron que un conde lo donó con el baño turco con el fin de fundar un hospital para los pobres. Hoy es la orden de San Juan de Dios, quien se dedica a cuidar a los enfermos que se encuentran en el hospital.