Tenía muchas ganas de conocer Lanzarote y es que cuando todo el mundo te habla bien de un sitio, algo debe tener, no? «Es como viajar a Marte», «ya verás como no te va a recordar a nada que hayas visto ya», «los contrastes de la isla son preciosos», me decían. Yo pensaba que era casualidad, pero no, se conoce como ‘el efecto Lanzarote’ y lo traes puesto.
Tras Tenerife y Gran Canaria, Lanzarote es la tercera isla más poblada del archipiélago canario. Tiene una superficie de 845 km2 y casi una población de 150.000 habitantes, muchos de ellos viven en Arrecife que es la capital insular.
Lo que más choca a primera vista es el paisaje tan singular que te encuentras y los contrastes de color que se van sucediendo entre la tierra negra de origen volcánico -se conoce con el nombre de picón- el azul del cielo o del mar, el verdor de los cactus, de las suculentas, del aloe y el blanco encalado de las fachadas de las casas…
Yo no tuve mucha suerte con el tiempo (por eso no veréis mucha foto de playa) estuve 5 días a mediados de enero y me llovió e hizo fresco, no como en invierno en Madrid, pero eso sí, cada vez que salía un rayito de sol era un regalo para los ojos, convirtiendo el paisaje en un verdadero espectáculo de colores.
Lanzarote, una isla donde la naturaleza y el arte van de la mano
Los conejeros – así es como se llama a los habitantes de Lanzarote- han tenido que adaptar su estilo de vida a las condiciones de un paisaje abrupto que parece sacado de otro planeta, sobre todo la zona de El Parque Natural de los Volcanes; podían haberlo hecho como en otras islas que no voy a nombrar, pensando en la especulación y el turismo masivo, pero la impresión que yo me he traído es que Lanzarote es un destino que hasta ahora, ha sabido respetar su paisaje e identidad cultural, de hecho en 1993 fue declarada reserva de la Biosfera por la UNESCO.
Uno de los grandes responsables de que Lanzarote sea lo que es hoy y de impulsar esta visión que abogaba por respetar por encima de todo el entorno, integrando el paisaje en la arquitectura, fue el artista César Manrique. Su ideario estético y creativo se refleja prácticamente en toda la isla convirtiéndose en un símbolo de la defensa del territorio y la naturaleza de Canarias. Os lo cuento más adelante, pero no puedes dejar de hacer la ruta que recorre su obra: los Jameos del Agua, el Mirador del Río, el Jardín de Cactus…
La singularidad de Lanzarote
Hace algo más de 3 siglos (1730-1736) la tierra tembló en Timanfaya y como en un ataque de furia infinito las llamas y los torrentes de lava brotaron durante más de diez días llevándose todo lo que pillaron por delante, arrasándolo todo. Las crónicas de esa época cuentan que cambió la morfología de la isla dando lugar a sus famosas chimeneas naturales. Hoy en Lanzarote se contabilizan 25 volcanes y todavía en el Parque Nacional de Timanfaya puedes ser testigo de la actividad volcánica que permanece en forma de géiseres, algo muy curioso si nunca lo has visto en directo.
De hecho, nada más llegar al Centro de Visitantes una de las actividades que te ofrecen es ver una demostración geotérmica. Nos colocamos todos alrededor de dos orificios que hay en el suelo y por donde echan un cubo de agua, al momento sale disparada una columna de vapor y agua caliente acompañada de los aplausos del personal (y algún lloro de un niño que se ha llevado un buen susto). Además de esta demostración, te echan en la mano un poco de picón del suelo para que veas el calor que desprende la tierra y también resulta curioso el horno-asador del restaurante del parque que aprovecha la energía geotérmica para la cocción de los alimentos.
Que después de la furia de unos volcanes en erupción y un paisaje que debió ser lo más parecido al infierno pueda brotar vida como los líquenes, me parece alucinante. Y por otra parte me maravilla ver cómo hemos sido capaces de adaptarnos a unas condiciones catastróficas, pues resulta que la arena volcánica pronto resultó beneficiosa para la agricultura de la isla, instalándose nuevos cultivos como el de la uva en el paisaje de La Geria, de donde salen sus afamados vinos…
¡Seguro que te interesa!
¿Dónde Comer?
- Restaurante Sol, en la caleta de Famara. Veréis como nos pusimos las botas en la foto un poco más abajo. Tiene una terraza estupenda literalmente frente al mar y un montón de raciones diferentes con sabor a mar a muy buen precio. Las lapas, los mejillones y las ensaladas con fruta están de morir.
- La Nasa Restaurante El Norte, en Orzola. Otro sitio estupendo para comer o cenar pescaito mirando como llegan los barcos de Isla Graciosa. Recomiendo los pescados frescos y autóctonos del día, yo me dejé seducir por el cherne y me encantó.
- La Ola, en Puerto del Carmen. Estuvimos por la noche tomando una copa, pero también se puede cenar y fumar en sisha. Hay mucha variedad de cócteles y la deco es muy rollo Bali con piscina y vistas al mar. Le falta que no es un sitio para bailar…
- La Piscina Bar Terraza, en Punta Mujeres. Para pescaito fresco.
- Charco Vivo. Antigua casa Ginory, Arrecife. Comida típica.
- Bar Luna, Arrecife
- Restaurante Casa Torano, El Golfo. Nos tomamos un aperitivo de patatas y mojo que estaba para chuparse los dedos. También mirando al mar.
- Divina Italia, Arrecife. Este restaurante no es de comida típica pero hacen una pasta que está de muerte y te ponen buenas copas.
- El Barquillo en Tinajo
¿Alquiler de coche? Con Cabrera Medina
Porque te ofrecen servicios gratuitos muy útiles para despreocuparte del coche y empezar a disfrutar del viaje como seguro 100% todo riesgo SIN franquicia, las tasas del aeropuerto, el 2º conductor, kilometraje ilimitado, entrega en hoteles….
Lo que más me gusto es que el coche llevaba, como si fuera un CD automático, una audioguía gratuita de la isla en varios idiomas y te entregan un plano de Lanzarote con los puntos y posibles rutas de interés.
Tel. 928822900/ 928822910
www.cabreramedina.com
¿Dónde dormir?
Generalmente cuando viajo me gusta alquilar apartamentos porque me resulta muy cómodo disponer de cocina (si me apetece) y no depender de horarios de desayuno o cosas así, pero en esta ocasión me quedaba en casa de una amiga, así que me di el capricho de alojarme la primera noche, que estaba sola, en el Hotel Barceló Teguise Beach.
La verdad que el hotel está muy chulo y demás, pero mi avión se retrasó y estaba entrando a la habitación a la 1h00 de la mañana, al día siguiente madrugué para aprovechar el desayuno y las instalaciones, pero llovía por lo que mi pozo en un gozo, ni piscina infinita, ni tumbona acompañada de una buen libro… ¡Tendré que volver!
¿Buscas más información?
No te pierdas mis 10 «must-see» en Lanzarote.
Y los rincones más destacados de cada municipio por el portal de Turismo de Lanzarote.